Es claro que existe desigualdad entre los géneros en la incorporación de las mujeres al espacio público, y por ende, se necesita seguir avanzando para eliminar las barreras que impiden que esta incorporación se realice de forma completa y las mujeres no tengan que realizar dos actividades, es aquí cuando comienza a plantearse el tema de la conciliación entre las esferas pública y privada incluyéndose en la agenda pública ya que hasta la fecha se había considerado como “tema individual”, a resolver por cada mujer utilizando distintas estrategias individuales.
Acercándonos a otra problemática cercana, cabe realizar la distinción entre los espacios laborales formales y los no formales, y sus distintas derivaciones. Dentro del ámbito de trabajo formal, podemos distinguir aquellas mujeres que, por no haber tenido la oportunidad de una formación académica, ocupan puestos sencillos, los cuales no sólo les trae aparejados menores ingresos para poder fortalecerse en su independencia económica, sino que también vulnera su capacidad de crecimiento económico, ejemplos son: camarera, mucama, por la segregación vertical (hace referencia a la distribución no equilibrada en diferentes niveles de actividades), etc.
Y por último, encontramos el gigantesco universo que incluye a todas esas “otras mujeres” que ni siquiera tienen acceso al mercado laboral precarizado formal, y que en algunos casos se encuentran dentro de un mercado laboral “paralelo” informal y en muchos otros ni siquiera pueden salir del ámbito doméstico que las esclaviza.
En estos casos mayoritariamente se trata de mujeres que han sido excluidas del sistema educativo, y que por distintas circunstancias que agravan su situación, tal el caso de la mujer migrante de escasos recursos, o la mujer habitante de un grupo marginado socialmente, o la mujer que habita en el ámbito rural, etc.
Si bien es cierto que el trabajo realizado por las mujeres en las empresas familiares del sector turístico contribuye al desarrollo comunitario, también lo es que, en caso de que no esté remunerado, está subsidiando una amplia parte del turismo comunitario, pero está favoreciendo muy poco el empoderamiento económico de las mujeres. En este supuesto la discriminación de la mujer en el ámbito laboral llega en ocasiones a invisibilizarla, el ejemplo más contundente puede decirse que es el de la mujer rural, quien no sólo trabaja en lo doméstico sino que suele ser una importante fuerza de trabajo agrario, pero totalmente invisibilizada y limitada.
Si bien ha sido un logro histórico la inclusión de la mujer en el mercado laboral, como se mencionó desde el inicio, y la conquista de la mayoría de los derechos, que han beneficiado no sólo a las mujeres sino también a los hombres, es necesario seguir trabajando para su efectivo respeto.
El llamado “techo de cristal” que significa ese límite invisible que impide que la mujer ascienda a puestos jerárquicos laborales y profesionalmente alcance hasta determinados niveles dentro de la organización, sigue imperando y esa situación no debe naturalizarse. Porque parece “común” que las mujeres ocupen los espacios de labores más simples y los de exigencias medias, sin embargo a partir de determinados niveles es raro encontrar mujeres y de haberlas, suelen tener menor remuneración aun ocupando iguales cargos que los hombres.
El patriarcado ha intentado sostener y manipular la inclusión de las mujeres en los espacios de decisión, desde lo privado y desde lo público. Es trascendente entender que la igualdad no se puede confundir con la homogeneización sino que debe garantizar el respeto de cada una de las mujeres a vivir según sus propias decisiones, las cuales vendrán impregnadas de su experiencia, cultura y demás circunstancias que rodean su realidad. La única manera de garantizar esta igualdad es a través del reconocimiento de las diferencias y su introducción en el espacio público.
En Malasia, las guías turísticas formaron una asociación para proteger sus derechos. La Asociación Malasia de Mujeres Guías Turísticas fue establecida en 2007 para velar por un entorno laboral seguro, la igualdad de oportunidades de trabajo e igualdad salarial para las guías. Por ejemplo, la campaña contra el uso común de habitaciones, lanzada por la asociación en respuesta a las preocupaciones de seguridad de las guías, ha obtenido logros considerables.
Como hemos visto anteriormente, los conceptos de sexo y género se van acercando o alejando según sea el desarrollo cultural que socialmente nos vamos permitiendo construir, asignándole un mismo significado y su consiguiente profundización en la brecha que luego le asignará roles o construyendo la diferenciación de ambos y así contribuir a que sean indistintos los ejercicios de los roles.
Como ya mencionamos, la división sexual del trabajo asigna roles y establece jerarquías, y por ello constituye el núcleo de la desigualdad.
ASIGNADO HISTÓRICAMENTE A LAS MUJERES
Trabajo reproductivo
▪ No se le reconoce valor económico y está invisibilizado.
▪ Se realiza en el ámbito del hogar, en soledad.
▪ "Basta con ser mujer para saber hacerlo". Socialización primaria.
ASIGNADO HISTÓRICAMENTE A LOS VARONES
Trabajo productivo
▪ Produce bienes y servicios con un valor de cambio.
▪ Tiene valor económico y es visible.
▪ En general se realiza en la interacción con otros.
Actividad de análisis... enviar las respuestas a lperrotti@abc.gob.ar
¿Qué sucede con las mujeres y los espacios formales e informales laborales?
¿Cuáles son las posibles causas que hacen que muchas mujeres estén esclavizadas en las tareas domésticas?
¿Qué sucede con la mujer rural?
¿A qué se denomina “techo de cristal”?
¿Cómo se garantiza la inclusión de la mujer en todas las jerarquías laborales?
¿Estás de acuerdo con los roles y jerarquías establecidas por la división sexual del trabajo? Justificar ó ampliar tu respuesta.
http://economiafeminita.com/panoramica-de-la-cupula-de-cristal-en-el-estado/
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